- Poder. Descansa siempre en el número de individuos que entregan el derecho a que otros lo ejerzan
- Violencia. Son instrumentos utilizados a la hora de aplicar el poder. No puede hablarse de violencia si no hay mecanismo para ejercerla: armas, ejércitos...
El poder político existe porque nosotros, las personas, lo permitimos. Conviene asimilar el poder político a los medios de que dispone para velar por el cumplimiento de la ley lleva a confundir la autoridad (el poder) con la fuerza o la violencia (policía, ejército, etc.).
Sin embargo, cuando un gobierno pierde capacidad para que sus órdenes sean obedecidas, el uso de la fuerza deja de tener utilidad.
En estos casos, suelen surgir revoluciones. Los individuos que componen la sociedad ya no se sienten representados ni unidos al poder político, así que, éste se desintegra. Dos principios básicos:
- Ninguna forma de gobierno puede hacer depender su poder del ejército de la violencia, sino del reconocimiento de los individuos que componen el Estado.
- Cualquier uso de la fuerza llevado a cabo por el poder político debe perseguir la defensa de las leyes, la libertad y la seguridad de los ciudadanos.
La violencia ejercida por un Estado se entiende por ellos como legítima.
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